Desde la época del Buda histórico hasta nuestros días, una sucesión ininterrumpida de grandes seres han alcanzado la iluminación y se han dedicado a enseñar a los demás el camino que conduce al despertar. El budismo fue introducido en el Tíbet desde la India a lo largo de varias generaciones, empezando por el rey Songtsen Gampo en el siglo VI d.C., y finalmente se estableció como religión estatal bajo el rey Trisong Detsen en el siglo VIII d.C. En el budismo tibetano está muy implantada la tradición de reconocer las reencarnaciones de maestros de elevada realización. Estas encarnaciones se conocen como tulkus. Renacen por compasión y para cumplir con las responsabilidades de sus encarnaciones anteriores. Los Khyentses son un linaje de tulkus reencarnados.