Con mi cumpleaños a la vuelta de la esquina, me atrevo ya a asumir que algunos de ustedes están pensando en mandarme algo. Aprecio de verdad sus buenos deseos y su generosidad. Pero, a riesgo de sonar muy arrogante y desagradecido, les quiero pedir que no me manden nada.
Desde ya agradezco mucho sus deseos. Y si pueden pensar en mí en sus oraciones para que tenga una vida sana y larga y, así me sea posible servir a Shakyamuni y beneficiar a los seres, ese es el mejor regalo que jamás podría desear.
Por otro lado, si sienten que deben hacer algo más concreto para tranquilizarse y pensar que han hecho algo tangible, entonces como siempre, les agradecería si contribuyen a Khyentse Foundation, 84000, Kumarajiva, Khyentse Vision, o a alguno de nuestros proyectos escolares. Y si no, también pueden hacer ofrendas en los templos de Bodhgaya, Paro Taktsang, el Jokhang de Lhasa, el Monasterio de Samye, o Boudha y Swayambhu en Nepal.
El no enviarme cosas puede ser también una pequeña contribución a nuestra tierra en deterioro, ya que evita usar más bolsas, embalaje y transporte. Y personalmente, también me ayudará a encontrar lo que necesito en mi pequeña y desordenada habitación, donde ahora mismo no encuentro nada debido al montón de cosas que hay.
De nuevo, gracias por adelantado por sus buenos deseos.
— Dzongsar Jamyang Khyentse
Crédito de foto: Xiao Shuai Yuan
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